Existen tres descripciones del
aspecto de un basilisco: algunas indican que se trata de un lagarto
enorme, otras hablan de una serpiente gigante y las demás
caracterizaciones mencionan un pollo alto dotado de tres pies, con cola
y dientes de serpiente… Además, se lo llama "rey" por tener en su
cabeza una cresta en forma de corona.
Las historias del basilisco lo incluyen dentro de la misma familia del “cockatrice”.
Se alega fabulosamente que el basilisco es una bestia nacida de un
huevo de serpiente, incubada por un pollo –al contrario del cockatrice, que nace de un huevo de gallina incubado en un nido de serpientes–.
En la Europa
medieval, la descripción de la criatura comenzó a adquirir
características de pollo... Bede fue el primer autor en explicar la
gestación de un basilisco dentro de un huevo de serpiente incubado por
un viejo gallo.
Por su parte, San
Isidoro de Sevilla definió el basilisco como el rey de las serpientes:
los reptiles se someten a él por su peligrosa mirada y por las
cualidades de su respiración venenosa.
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